EL POLLO

 


El otro día mientras paseaba por una tienda l de cosas baratas de  dudosa procedencia, me enamoré de una merluza y la puse verde, un pollo se me echo encima y le dí acero, como de costumbre, quise sacarles el máximo provecho.
unas especies, inmigrantes de Tailandia, esperaban ser apechugadas, a su estilo, así que con Tai técnica, le maceré las pechugas, a los traseros se los derribé a unas especies vietnamitas que habían pedido asilo político a través de mi compañero, intrépido aventurero con manos de percursionista, les di calor de horno y cítricos y a la estructura óseas las invite a un yakusi caliente con un par de amigos zanahorios purretas,.
La cosa no quedo así.
Admito que las piernas me vuelven loco, la carne la piel, ese aroma el sabor la textura.
al salir del horno separé unas de otras y desmenuce las carne y la condimente con sus propios jugos, como resultado una pasta de carne aviar, sabrosa y llena de sabor, unas rodajas de tomate sobre una torta de pan ácimo sirven de base para esa exquisitez de carne, las pechugas continúan so maceración y el esqueleto nos ha proporcionando alimento para varias comidas, aún queda para dos o tres comidas más, el aprovechamiento ha sido óptimo, y un gran descubrimiento, los jugos de los traseros al horno, todavía han servido para cocinar unas salchichas y unos huevos que han sido otro gran des cubrimiento de las infinitas posibilidades que nos ha ofrecido el pollo blanco, el intrépido aventurero a vuelto a disfrutar de un bocadillo de las carnes tiernas y sabrosas de las piernas blancas.

 PRINCESS

BREAD PRAWN


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