-En el Universo solo hay una constante, EL CAMBIO.-

YO SOY UN ACTIVO MILITANTE DE ESA AFIRMACIÓN.

Dicho esto y no sé, a cuento de que viene, pero me he quedao mu a gusto.

Hoy quiero contaros el origen de la humanidad, o mejor dicho de la sociedad, o mejor dicho, bueno de cuando el ser humano empezó a vivir en grupos organizados con normas, y dejo de correr delante o detrás de otros bichos.

He hablado con mis compañeros y me han dado permiso para contar como pasó, pero sin dar sus identidades, es que son muy celosos de sus privacidad.

Todo empezó una fría mañana de otoño, había llovido toda la noche y olía a tierra húmeda, ese día no había muchas sonrisas más bien un aire algo melancólico, era tarde pero no se veía el sol, las nubes aun no dejaban calentar el día, cierto frió hacia que los niños llorases, los macho, es decir los grandes del grupo estaban impacientes.

Como si un mal presentimiento se apoderaba del grupo, era el momento tenían que seguir adelante, en los alrededores ya casi no había alimento y todos los grupos seguían el mismo rumbo.

El grupo era amplio y llevábamos mucho tiempo juntos, las parejas con sus crías, juntaban las cosas y se cruzaban miradas de cariño y de preocupación, algunas mujeres estaban embarazadas y otras eran muy mayores, habían desaparecido algunos jóvenes en las cacerías y pocos hombres fuertes quedaban en el grupo.

Sabíamos que eran el momento pero las ganas y la ilusión se había ido con la perdida del anciano cariñoso, que nos dejo unos días atrás y su cuerpo sirvió de alimento para otros bichos, que ella no nos seguían.

Ese anciano siempre nos proporcionaba sonrisas y alegría, solo su presencia nos llenaba de corfort y calma, Él decía que había vivido tanto como la luna, y que sabia todos los secretos de la tierra, gracias a su sabiduría, siempre encontrábamos comida y solucionábamos muchas cosas.

Estábamos tan aconstrumbrados a su alegría y a su presencia que no nos habíamos dado cuenta de lo importante que era para nosotros, hasta el día que descubrimos que no estaba y cuando salimos a buscarlo encontramos sus huesos y trozos de su cuerpo deborado por los bichos que nos acorralan.

Eramos un grupo con un agujero muy grande donde se escapaban las fuerzas y brotaba un malestar en el pecho.

Salimos aquel día sin ganas, la tierra pesaba en nuestros pies, cada paso era más difícil, volvió a llover y ya no podíamos refugiarnos, nos nos dio tiempo para prepararnos, sin darnos cuenta estábamos muy separados y los hombres cargaban con palos y piedras, sus herramientas, algunos cogieron a los pequeños que lloraban y no podían andar en el barro, la mujeres cargaba pieles y comida y a  los bebes, las lágrimas se desistían a brotar y no podíamos silenciar, el dolor ni la angustia, el miedo y la rabia, la impotencia nos arrastraba hacías las rocas, solo con el afán de conseguir un poco de refugió.
Nos llevo todo el tiempo de luz, encontrar un hueco en las rocas, eramos demasiados, pero pocos hombre jóvenes.
Hicimos fuego, nos secamos, comimos y solo queríamos descansar con tranquilidad.

Los niños se durmieron agotados, las silenciosas miradas, pedían a gritos una solución, todas las voces eran oscuras como la presencia de un oso, con la rabia de todos los enemigos del mundo queríamos romper la tierra y el cielo para convertir nuestras vidas en un lugar de alegría.

Esa noche el miedo nos mantuvo despiertos, el fuego se mantuvo encendido tanto afuera como adentro de nosotros, El silencio no impidió la comunicación, el mismo sentimiento, e mismo deseo y la misma inquietud.

La pregunta era,¿ que es lo que sucede?. Sabíamos a caso lo que nos pasaba, podíamos encontrar un solución a algo que no sabíamos que era?

Con las primeras luces del día, la voz más dulce del grupo, la de una mujer que tenia dos criaturas pequeñas que había perdido a tres mayores y que no tenia hombre, que había sido la hijas del anciano sabio y alegre, dijo las palabras clave que daría con la solución.

Como siempre su mirada madura y clara, creaba respeto a quien se acercaba a ella, nunca dudaba y siempre guardaba silencio cuando tu hablabas, Su vos nunca era fuerte, pero su mirada te dejaba sordo y mudo, siempre ayudaba a todos y no dudaba en golpear con el palo a los hombres y a los niños cuando se peleaban o trataban injusta mente a otros.

Sus hombros siempre apuntaban a las estrella, y su sonrisa aflojaba tus músculos.

Aquellas palabras, las primera de toda la noche, se volvieron eternas, como un mantra, se repitieron día y noche hasta haber conseguido lo que significabán.

Esas maravillosas palabras, dichas con tanta dulzura, retumban en las rocas, en las montañas y en los arboles, se entendieron por el mar y revolucionaron vida.

JUNTOS LOS FUERTES PROTEGEN A LOS DÉBILES

Y ese es el origen de la sociedad, con la idea y la necesidad de proteger a los vulnerables, el ser humano, creo grupos fuertes y estables que permitieran seguridad y tranquilidad, para vivir juntos a las personas que amamos y que nos han dado tantas cosas buenas, con el fin de evitar sufrimiento y usar los únicos dones que nos diferencia del resto de los animales.

Hay muchas maneras de hacerlo pero solo una de conseguirlo.




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